viernes, junio 10, 2005

Pensar

Hay que instalar en el terreno de lo moralmente aceptable la importancia del hecho de no entender. Hoy todo el mundo entiende todo, me niego a eso, vivo rodeado de Argentinólogos, Mejicanólogos, Europeólogos, etc.; Habiendo tanto iluminado suelto, cuesta creer que el mundo esté como está.
No entender nos da derecho a exigir explicaciones.
El presente, que tiene ganas y fuerza de totalidad, requiere de suma atención, de sensibilidad momentánea, la transformación se puede producir en un instante y puede ser definitiva.
La prosa periodística pretende la inmediatez, buscando obtener una respuesta rápida sobre el presente y una intervención explícita sobre la realidad, quizá confiando demasiado en que lo que se escribe velozmente se olvida velozmente, es literatura perecedera, con fecha de vencimiento.
El periodismo, que es mirar, se vuelve provocador en el peor de los sentidos, en simple petardismo, ni siquiera alcanza la breve luz de los fuegos de artificio. No hay distancia, y ésta es necesaria para evitar la distorsión y, sin especulaciones, dar real dimensión a los acontecimientos.
Hay una doble corriente artificial que lleva a creer en la imprescindibilidad de la opinión formada. Cualquier transeúnte, desprevenido o no, se ve interpelado por un supuesto periodista y, sin titubear, opina alegremente sobre la filosofía de Kierkegaard, el desarrollo económico de los pueblos esquimales, las condiciones de Valdano como DT de fútbol o la distancia de la tierra a la luna, medida en botellas de cerveza.
En la vorágine propagadora no se introduce una diferenciación comparativa ni espacial. Hay cosas que a simple vista no se nos aparecen como importantes, sin embargo lo son, o terminan siéndolo.
Es una obstinada necesidad paranoica de sincronía con la realidad aparente, evitando el anclaje real. No retener de la realidad más que la apariencia inmediata es traicionarla, y sucumbir ante la ilusión, aunque se disfrace de “realismo”, desvirtuando la interpretación, que en el mejor de los casos (el peor) transforma a todo en una simple ratificación de los hechos, con una visión muy poco crítica, es más, dependiente.
Son actitudes que, en su dinámica sumisa, liquidan a la reflexión, categorizando arbitrariamente un presente siempre fragmentado, dotándolo extravagante o dirigidamente de interpretaciones, cuando no capciosas, al menos esotéricas.
Reivindico para mí, como secreto homenaje a la inteligencia, concelebrar el ejercicio de la creatividad aplicando el don diferenciador del ser humano.
No entender, no es desentenderse, es pensar y reflexionar, es buscar entender.
No entender no es inacción, es acción hacia adentro.
No entender también es compromiso, compromiso auténtico.
La reflexión también, por fuerza, deberá ser fragmentada, para luego poder enmarcarla en un contexto de conjunto, de situación global.
No entender es buscar comprender, se comprende la intención, la tendencia, el espíritu, las sutilezas, una serie, un sistema, un plan, todo lo que hay detrás de lo evidente, del sentido ordinario de las cosas. Abrazar la totalidad de las ideas. No dejarse imponer paradigmas prefabricados.
En esta sociedad plagada de síndicos de la verdad, busquemos un espacio para pensar y recapacitar sobre lo que nos rodea.
Estas posturas, para la persona alerta, se inmolan en la insensatez de asegurar que no hay margen para más verdad que la que exponen.
El último libro de Oriana Falaci es una clara muestra de los efectos de la polarización, en este caso entre oriente y occidente, apoyada en episodios sentimentalmente fuertes (el 11-S), respondiendo con más pasión, confundiendo y generando odios, apagando fuego con gasolina.
La fuerza emocional es, siempre, golpe bajo, como cuando una mujer llora en una discusión, se acaban los argumentos y sobreviene el letargo del intelecto.

“La Grecia que prefería las preguntas a las respuestas, porque en las preguntas hay belleza. El que pregunta es un buscador de asombros, el que responde es un abastecedor de certezas, y la certeza tal vez sea la asesina del pensamiento.”
Dalmiro Sáenz

Salut!!

1 Comments:

At 2:38 p. m., Anonymous Anónimo said...

Vine hoy, aquí, justo un año después. Sin embargo me quedé en el fin de semana de abajo, de 6 días antes...

 

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