martes, enero 24, 2006

Amor, Poesia, Muerte

Uno conoce infinidad de anécdotas, que nunca sabremos si son apócrifas o no, pero nos son de cierta utilidad para pensar o repensar ciertos temas.

Cuentan que Stendhal estaba paseando por Roma con un amigo, mostrándole todo con ese exceso de entusiasmo turístico, que hoy se denomina Stendhalismo (una patología descripta). Lo lleva a San Pedro, en el Vaticano, y le muestra la cúpula de la capilla sixtina, la gran obra de Miguel Ángel, fascinado, le hace notar las proporciones, los colores, las figuras, y el amigo, que era un comerciante sencillo, le preguntó: - ¿ para qué sirve?, Y él le respondió sin pestañear: - para conmover el corazón humano.-

Pensando sobre este tema, creo que para poder apreciar- vivenciar ciertas cosas y acontecimientos se necesita mantener al corazón entrenado, el corazón es como ciertos medicamentos, hay que agitarlos antes de usar.

Cuando están mucho tiempo sin uso se humedecen, les sale moho, comienzan con un estado de putrefacción, pero no el post mortem, sino uno peor, que es el que antecede a la muerte. De una manera extraña se relacionan la creación artística, la pasión amorosa y la muerte.

Octavio Paz decía que el hombre quiere salir de sí mismo. Creo que es una fuga hacia adelante. Se inclina hacia delante en busca de la mujer que no tiene, de los descubrimientos científicos, de los fenómenos que desconoce, del futuro, al cabo.

La fuerza que nos lleva a inclinarnos para alcanzar el amor, para alcanzar la realización de su inteligencia, esa misma fuerza, nos lleva también a la muerte.

El descubrimiento de esa condición, el descubrimiento de su propia situación trágica, el saber que va a morir; esta comprensión lleva al hombre a poetizar. El afán artístico y el amor surgen porque vamos a morir. Los poetas se enfrentan al hecho terrible de que aquello que amamos se muere, la mujer amada se muere, la intuición del amor, está siempre ligada a la intuición de la muerte. Quien ama a alguien tiene la sensación de fragilidad, el miedo a la fragilidad de la existencia humana. La mujer que amamos se muere. El amor tiene una exigencia de eternidad, una aspiración de antemano frustrada, pero el anhelo no claudica.

Séneca recomendaba a un joven que pasaba por un período de confusión y hastío, propio de su adolescencia, que se emborrache de vez en cuando, que eso era bueno para liberarse, no en vano a Baco lo llaman Liber.

La vida es maravillosa y nos da regalos a cada momento, sólo depende de nosotros el darnos cuenta, hay que estar muy alerta, porque sólo son instantes fugaces, debemos vivir la vida para encontrar un (ese) momento en el cual no valga la pena cambiarlo por nada, el resto es pasar, pero muy atentos.



Salut !!!

3 Comments:

At 11:24 a. m., Anonymous Anónimo said...

la pena es qe en la mayoría de los casos siempre esperamos más de la vida y solo nos damos cuenta de qe "eso" qe hemos tenido o vivido ha sido bello cuando lo hemos perdido.
en cualqier caso, buena reflexión a tener en cuenta... intentaré ponerla en práctica.

 
At 9:26 p. m., Blogger Principito Desencantado said...

Bohemia me recomendo tu blog y la verdad es que esta chica tiene buena mano a la hora de elegir qué leer.

Me gusto mucho este post y ¿sabes? tienes razon. El ultimo parrafo es magico.

S2!

 
At 1:57 p. m., Blogger ksada sin marido said...

muy bueno....

 

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