Pilar Donoso
El crimen perfecto existe, ni Conan Doyle, ni Christie pudieron imaginarlo así, matar desde la memoria, con un mandato, desde la muerte.
Pilar era la fragilidad del resentimiento, la fuerza de la confusión, la asesina de fantasmas, siendo ella misma un ánima errante.
Se podrá decir que ella lo buscó; en más de un sentido, correr el tupido velo resultó fatal.
El Padre muerto hablándose encima desde los archivos de alguna universidad norteamericana.
Los del boom, que tanto le debían como invención y materialización, nunca lo quisieron, era el puto atormentado, muerto y salvado por la literatura. Hoy resultará extraño, pero antes la homosexualidad no era la norma, como ahora. Destino mas valiente tuvo Puig, que por lo menos no se casó y dejó que se lo lleve el sida en algún lugar de mejico
Hablo con Jorge Edwards, su vecino en Sitges y ahora en Santiago. Me dice que ella estuvo cenando en su casa el año pasado, que era amiga de sus hijos, que no entiende. Y entiende, claro.
Recuerdo una anécdota del tío de Edwards, el poeta, que andaba por París en la época de la primera guerra. Dos señoras de esas de barrio, ya mayores, al ver un joven alistable en la terraza de un café le preguntan por que no esta en el frente:
- Je suis chilienne
Ahhh, responden con preocupación :
– C'est grave ça ?