jueves, marzo 11, 2010

Praga

Por el amigo J.J. Armas Marcelo, el mas americano de los españoles que he conocido, me entero que en una calle que tantas veces uno ha recorrido de abajo hacia arriba, la de Jan Neruda en Praga, existe un lugar que me perdí, el "U zavesenyho Kafe", seguramente por esa inadmisible costumbre de comunicarme exclusivamente en mi lengua materna.
Parece ser, según cuenta el canario, que la costumbre allí es tomar un café y pagar dos, dejar un café colgado, tal sería la traducción del nombre del local. Según comenta es una solidaridad de esas que vale la pena, que no es necesario mencionar, simplemente uno sabe lo que hace, y el resto también, sin mayores discursos ni explicaciones.
Uno se arrepiente de no haber tomado cada día un café ahí y de esa manera mitigar esos inviernos/infiernos para quien algo caliente significa algo todavía.
Mi primera visita a Praga fue de la mano de Maria Dolores Pradera, otra de esas españolas americanas, y allí descubrí de modo inesperado, hace ya tanto, por qué las personas se casan.
La Pradera estaba empecinada en hacernos creer que era la ciudad mas parecida a Zaragoza que pudiera existir, intimó a varios de los que estábamos de visita a tomar fotos para después hacer las comparaciones debidas y esas cosas. Casi ninguno la escuchó.
Un par de años después veo en un reportaje televisado que Fernando Fernán Gómez declaraba que Praga es la ciudad mas parecida a Zaragoza que había visto en su vida. Solo esas dos personas habían encontrado el parecido. Por mucho menos de eso uno se ha casado.